domingo, 26 de febrero de 2012

Domingo 1 de Cuaresma Ciclo "B" - 26 de Febrero de 2012 -

1ª Lectura (Gen 9, 8-15)

Lectura del libro del Génesis.
En aquellos días dijo Dios a Noé y a sus hijos: "Ahora establezco una alianza con ustedes y con sus descendientes, con todos los animales que los acompañaron, aves, ganados y fieras, con todos los que salieron del arca, con todo ser viviente sobre la tierra. Esta es la alianza que establezco con ustedes: No volveré a exterminar la vida con el diluvio ni habrá otro diluvio que destruya la tierra". Y añadió: "Esta es la señal de la alianza perpetua que yo establezco con ustedes y con todo ser viviente que esté con ustedes. Pondré mi arco iris en el cielo como señal de mi alianza con la tierra, y cuando yo cubra de nubes la tierra, aparecerá el arco iris y me acordaré de mi alianza con ustedes y con todo ser viviente. No volverán las aguas del diluvio a destruir la vida. Palabra de Dios. A. Te alabamos, Señor.

Salmo responsorial (24)

R. Descúbrenos, Señor, tus caminos.
L. Descúbrenos, Señor, tus caminos, guíanos con la verdad de tu doctrina. Tú eres nuestro Dios y salvador y tenemos en Ti nuestra esperanza. /R.
L. Acuérdate, Señor, que son eternos tu amor y tu ternura. Según ese amor y esa ternura, acuérdate de nosotros. /R.
L. Porque el Señor es recto y bondadoso, indica a los pecadores el sendero, guía por la senda recta a los humildes y descubre a los pobres sus caminos. /R.

2ª Lectura (1ª Pe 3, 18-22)

Lectura de la Primera Carta del Apóstol San Pedro
Hermanos: Cristo murió una sola vez y para siempre, por los pecados de los hombres; El, el justo, por nosotros, los injustos, para llevamos a Dios; murió en su cuerpo y resucitó glorificado. En esta ocasión, fue a proclamar su mensaje a los espíritus encarcelados que habían sido rebeldes en los tiempos de Noé, cuando la paciencia de Dios aguardaba, mientras se construía el arca, en la que unos pocos, ocho personas, se salvaron flotando sobre el agua. Aquella agua era figura del bautismo, que ahorra los salva a ustedes y que no consiste en quitar la inmundicia corporal, sino en el compromiso de vivir con una buena conciencia ante Dios, por la resurrección de Cristo Jesús, Señor nuestro, que subió al cielo y está a la derecha de Dios, a quien están sometidos los ángeles, las potestades y las virtudes. Palabra de Dios. A. Te alabamos, Señor.

Aclamación antes del Evangelio (Mateo 4, 4)

R. Honor y gloria a Ti, Señor Jesús.- No sólo de pan vive el hombre, sino también de toda palabra que sale de la boca de Dios. /R. Honor y gloria a Ti, Señor Jesús.-

Evangelio (Mc 1, 12-15)

Lectura del santo Evangelio según san Marcos
A. Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, el Espíritu impulsó a Jesús a retirarse al desierto, donde permaneció cuarenta días y fue tentado por Satanás. Vivió allí entre animales salvajes, y los ángeles le servían, Después de que arrestaron a Juan el Bautista, Jesús se fue a Galilea para predicar el Evangelio de Dios y decía: "Se ha cumplido el tiempo y el Reino de Dios ya está cerca. Arrepiéntanse y crean en el Evangelio". Palabra del Señor. A. Gloria a ti Señor Jesús.




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El Mensaje del Domingo , por Gabriel Jaime Pérez, S.J., I Domingo de Cuaresma, Ciclo B – Febrero 26 de 2012


Desde el “miércoles de ceniza”, con la señal de la santa cruz marcada sobre nuestra frente y con la frase “conviértete y cree en el Evangelio”, hemos sido exhortados a reorientarnos hacia Dios y renovar nuestra fe en su buena noticia de salvación. El Evangelio de hoy termina con la misma exhortación, y las tres lecturas bíblicas nos plantean tres temas de reflexión  relacionados entre sí y con la necesidad de convertirnos a Dios:

 + Dios, nuestro creador, quiere establecer una alianza con la humanidad (Génesis 9, 8-15).

 + Jesús, el Hijo de Dios, nos enseña cómo enfrentar las tentaciones (Marcos 1, 12-13).

 + El Espíritu Santo renueva en nosotros la gracia recibida en el bautismo (1 Pedro 3, 18-22).

 + 1.- Dios quiere establecer una alianza con la humanidad

Los relatos de los primeros nueve capítulos del libro del Génesis, desde la creación del universo y del ser humano, pasando por el “pecado original” y sus consecuencias inmediatas, hasta el diluvio del cual fueron salvados Noé con su familia y un resto de las demás criaturas, son narraciones que nos muestran a un Dios compasivo que no quiere la destrucción del ser humano y de la creación, sino su renovación.

Para ello establece con Noé y sus descendientes -es decir, con toda la humanidad- un pacto cuyo signo es el arco iris, como nos lo cuenta el relato de la primera lectura de este domingo. Más adelante en el mismo libro del Génesis, Dios mismo insistiría en su voluntad inquebrantable de alianza con el ser humano al revelarse a los patriarcas Abraham, Isaac y Jacob; y en los libros del Éxodo y del Deuteronomio, esta misma voluntad la manifestaría al pueblo de Israel por medio de Moisés con la promulgación de los diez mandamientos.

Posteriormente, a través de los profetas, el Señor recordaría el sentido de esa alianza que Él quiere mantener, buscando siempre caminos para el logro de una plena reconciliación de sus criaturas con Él y entre ellas. Así deberíamos también actuar nosotros: nunca darnos por vencidos en la búsqueda de una sociedad reconciliada, en la que se respete la vida y sepamos todos convivir como hermanos, hijos de un mismo Creador.

 + 2.- Jesús es sometido a la tentación para enseñarnos a vencer las fuerzas del mal

Después de ser proclamado como el “Hijo amado” de Dios en el bautismo recibido de Juan, y luego del encarcelamiento de éste por orden del rey Herodes, encontramos a Jesús en el desierto de Judea, dedicado a un retiro espiritual de 40 días. Este número 40, de donde se deriva el nombre de la “cuaresma”, que es el tiempo litúrgico iniciado el miércoles de ceniza, evoca los 40 años de la duración del diluvio según el libro del Génesis (7, 17), como también los 40 días que estuvo Moisés en el monte Sinaí comunicándose con Dios (Éxodo 24, 18), los 40 años que duró la peregrinación del pueblo hebreo por el desierto hacia la tierra prometida (Éxodo y Deuteronomio), y los 40 días de camino del profeta Elías por el mismo desierto hacia el monte Horeb -otro nombre del Sinaí- para encontrarse con Dios (1 Reyes 19, 8-14).

Los tres evangelistas que narran tanto el bautismo de Jesús como su retiro al desierto, (Marcos, Mateo y Lucas) indican que Jesús fue al desierto impulsado por el Espíritu. Lucas agrega el adjetivo “Santo”. Fue un retiro motivado por el aliento vital de Dios, al que luego reconocería la Iglesia como la tercera persona de la Santísima Trinidad. Y es precisamente con el poder del mismo Espíritu Santo como Jesús vence la tentación que proviene de “Satanás”, palabra que significa “adversario” y con la que es denominado en los Evangelios el poder del mal que se opone al Reino de Dios y pretende destruirlo.

El relato de Marcos es el más breve. No precisa cómo fue tentado Jesús -como sí lo hacen Mateo y Lucas narrando tres tipos de tentación-, pero incluye un detalle significativo: estuvo “viviendo entre las fieras”. Así presenta a Jesús como un nuevo Adán, capaz de triunfar sobre la tentación original: la del egoísmo que lleva al ser humano a dejar de reconocerse como criatura para pretender “ser como Dios”.

También nosotros, especialmente en este tiempo de la Cuaresma, somos invitados a dejarnos mover por el Espíritu Santo hacia espacios de desierto, es decir, de silencio interior y desapego de todo cuanto nos impide comunicarnos con Dios, con el fin de hacer una revisión a fondo de nuestras vidas y recibir la fuerza divina requerida para resistir y vencer las tentaciones, y orientar nuestra vida hacia Él.

 + 3.- Dispongámonos a ser renovados por el Espíritu Santo recibido en el bautismo

Jesús proclamó la cercanía del Reino de Dios, es decir, del poder del Amor, disponible para nosotros si nos dejamos impulsar por el Espíritu Santo. Es Cristo mismo, quien “murió por nuestros pecados una vez para siempre (…) para conducirnos a Dios” -como dice la primera carta de Pedro en la segunda lectura-, el que con la misma paciencia que Dios siempre ha tenido “desde los tiempos de Noé” para ofrecer a toda la humanidad su misericordia infinita, nos invita a reconocer nuestra necesidad de salvación.

Expresemos, pues, nuestra sincera voluntad de conversión dándole un sentido auténtico a la  Cuaresma: revisando en qué tenemos que cambiar para reorientar nuestra existencia al cumplimiento de la voluntad de Dios (hágase tu voluntad así en la tierra como en el cielo), implorando su misericordia con la intención de ser también nosotros compasivos con los demás (perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos…) y pidiendo la fuerza de su Espíritu para vencer todo cuanto se oponga al plan de Dios en nuestra vida (no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal).-


gperezsj@gmail.com


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domingo, 19 de febrero de 2012

Domingo 7 del Tiempo Ordinario Ciclo "B" - 29 de Febrero de 2012 -

Primera Lectura: Isaías 43,18-19.21-22.24b-25

"Por mi cuenta borraba tus crímenes"
Así dice el Señor: "No recordéis lo de antaño, no penséis en lo antiguo; mirad que realizo algo nuevo; ya está brotando, ¿no lo notáis? Abriré un camino por el desierto, ríos en el yermo, para apagar la sed del pueblo que yo formé, para que proclamara mi alabanza. Pero tú no me invocabas, Jacob, ni te esforzabas por mí, Israel; me avasallabas con tus pecados y me cansabas con tus culpas. Yo, yo era quien por mi cuenta borraba tus crímenes y no me acordaba de tus pecados." Palabra de Dios. A. Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial: 40

R./ "Sáname, Señor, porque he pecado contra ti."
Dichoso el que cuida del pobre y desvalido;
en el día aciago lo pondrá a salvo el Señor.
El Señor lo guarda y lo conserva en vida,
para que sea dichoso en la tierra,
y no lo entrega a la saña de sus enemigos. /R.
El Señor lo sostendrá en el lecho del dolor,
calmará los dolores de su enfermedad.
Yo dije: "Señor, ten misericordia,
sáname, porque he pecado contra ti." /R.
A mí, en cambio, me conservas la salud,
me mantienes siempre en tu presencia.
Bendito el Señor, Dios de Israel,
ahora y por siempre. Amén. Amén. /R.

Segunda Lectura: II Corintios 1,18-22

"Jesús no fue primero "sí" y luego "no"; en él todo se ha convertido en un 'sí'"
Hermanos: ¡Dios me es testigo! La palabra que os dirigimos no fue primero "sí" y luego "no". Cristo Jesús, el Hijo de Dios, el que Silvano, Timoteo y yo os hemos anunciado, no fue primero "sí" y luego "no"; en él todo se ha convertido en un "sí"; en él todas las promesas han recibido un "sí". Y por él podemos responder: "Amén" a Dios, para gloria suya. Dios es quien nos confirma en Cristo a nosotros junto con vosotros. Él nos ha ungido, él nos ha sellado, y ha puesto en nuestros corazones, como prenda suya, el Espíritu. Palabra de Dios. A. Te alabamos, Señor.

Evangelio: Marcos 2,1-12

"El Hijo del hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados"
Cuando a los pocos días volvió Jesús a Cafarnaún, se supo que estaba en casa. Acudieron tantos que no quedaba sitio ni en la puerta. Él les proponía la palabra. Llegaron cuatro llevando un paralítico y, como no podían meterlo, por el gentío, levantaron unas tejas encima de donde estaba Jesús, abrieron un boquete y descolgaron la camilla con el paralítico. Viendo Jesús la fe que tenían, le dijo al paralítico: "Hijo, tus pecados quedan perdonados." Unos escribas, que estaban allí sentados, pensaban para sus adentros: "¿Por qué habla éste así? Blasfema. ¿Quién puede perdonar pecados, fuera de Dios?" Jesús se dio cuenta de lo que pensaban y les dijo: "¿Por qué pensáis eso? ¿Qué es más fácil: decirle al paralítico "tus pecados quedan perdonados" o decirle "levántate, coge la camilla y echa a andar"? Pues, para que veáis que el Hijo del hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados..." Entonces le dijo al paralítico: "Contigo hablo: Levántate, coge tu camilla y vete a tu casa." Se levantó inmediatamente, cogió la camilla y salió a la vista de todos. Se quedaron atónitos y daban gloria a Dios, diciendo: "Nunca hemos visto una cosa igual." Palabra del Señor. A. Gloria a ti Señor Jesús.



http://m.aciprensa.com/calendario/calendario.php?dia=19&mes=2&ano=2012

Pistas para la Homilía, por Jorge Humberto Peláez S.J., TIEMPO ORDINARIO – DOMINGO VII B (19-febrero-2012)

 + 1. Lecturas:
  - a. Profeta Isaías 43, 18-19. 21-22. 24-25
  - b. II Carta de san Pablo a los Corintios 1, 18-22
  - c. Marcos 2, 1-12

 + 2. El evangelio de hoy nos ofrece una imagen sorprendente: un paralítico, llevado por sus familiares y amigos, se acerca a Jesús a través de un agujero en el techo, pues era la única manera de llegar a Él.

 + 3. Este relato nos inspira dos tipos de consideraciones:
  - a. La primera de ellas es una lectura breve de las actitudes manifestadas por los protagonistas: el paralítico y sus acompañantes, Jesús y los escribas que presenciaban la escena.
  - b. La segunda consideración es alegórica pues nos motiva a reflexionar sobre las relaciones sociales, que es un tema que va más allá del relato de la curación.

 + 4. Exploremos, pues, las actitudes de los protagonistas del relato:
  - a. Llama la atención la creatividad con que el paralítico y sus acompañantes superaron los obstáculos para acercarse a Jesús. El texto es explícito en cuanto a la conmoción que suscitó la presencia del Maestro. Muchas personas habían sido testigos de sus milagros y comunicaron a los vecinos lo que habían visto. Esta movilización popular no era el resultado de mensajes publicitarios, sino la respuesta espontánea del pueblo ante un hombre que tenía poder sobre las enfermedades y la muerte, y cuya palabra tocaba los corazones.
  - b. Este contexto nos permite comprender la acción emprendida por los que acompañaban al paralítico; el Maestro quedó admirado ante semejante iniciativa.

 + 5. El texto de Marcos relata que Jesús respondió en dos momentos a la fe, expresada con hechos concretos, del paralítico y su séquito. Sorprendentemente, sus palabras iniciales nada tienen que ver con su enfermedad: “Hijo, tus pecados te quedan perdonados”. La palabra de Jesús se dirige, ante todo, al interior de la persona; allí, en la intimidad, empieza la vida nueva que Jesús ofrece; la intervención milagrosa que viene a continuación está en función de este anuncio de salvación.

 + 6. Estas palabras de Jesús fueron mal recibidas por los escribas que se encontraban presentes: “¿Por qué habla así? Esto es una blasfemia. ¿Quién puede perdonar los pecados sino sólo Dios?”.

 + 7. Jesús, entonces, tuvo su segunda intervención: “Para que vean que el Hijo del hombre tiene poder en la tierra para perdonar los pecados, le dijo al paralítico: Yo te lo mando: levántate, recoge tu camilla y vete a tu casa”. Intervención contundente de Jesús, cuya palabra eficaz transforma la vida de este hombre.

 + 8. Veamos el significado profundo de lo que acaba de suceder en la vida del paralítico: La palabra liberadora de Jesús le devolvió la libertad moral después de haber estado inmovilizado por causa del pecado (nos paralizan los malos hábitos, el egoísmo, las adicciones, el orgullo). Y esta palabra liberadora le permitió, igualmente, recuperar la autonomía de movimientos y la posibilidad de atender personalmente sus necesidades básicas sin tener que depender de otros.

 + 9. Yendo más allá del texto, los invito a que hagamos una lectura alegórica. Los seres humanos podemos tener limitaciones, más o menos serias, en nuestra movilidad y autonomía, resultado de causas físicas; pensemos, por ejemplo, en las consecuencias de un accidente o de alguna dificultad en el momento del parto o de un derrame cerebral. Así como hay causas físicas que explican las limitaciones en el movimiento del cuerpo, así también hay comportamientos sociales que impiden que los demás actúen de manera autónoma, y generan dependencias malsanas.

 + 10. Siguiendo en esta reflexión alegórica, podemos afirmar que hay relaciones afectivas patológicas, que afectan la capacidad de juicio y decisión de las personas que nos rodean. Pongamos algunos ejemplos.

 + 11. Empecemos por las relaciones de pareja. Una relación madura reconoce la singularidad del otro, respeta sus ideas, estimula su realización en el plano personal y profesional. Infortunadamente, se dan relaciones de pareja enfermizas, que paralizan al otro, que le recortan su autonomía, que le impiden pensar, que sienten celos frente a las amistades y el éxito, que invaden el espacio íntimo.

 + 12.
Sigamos con las relaciones entre padres e hijos. Si el niño respira ternura, si se siente escuchado por sus padres, si ve en ellos valores de convivencia y respeto, tendrá las herramientas para construir su propio proyecto de vida en autonomía y cargado de sentido. Pero hay ciertas relaciones entre padres e hijos que son causa de parálisis: sea por abandono, sea por maltrato, sea por sobreprotección. Estos niños, que han estado inmersos en un ambiente malsano, tendrán serias dificultades para establecer unas relaciones adultas y libres. Su afectividad llevará la marca de la dominación – dependencia.

 + 13. En la comunidad eclesial encontramos rasgos semejantes. Podemos hablar de una comunidad de fe saludable si sus miembros viven con alegría sus vocaciones particulares. Para lograr este objetivo, los sacerdotes debemos acompañar a nuestras comunidades en el desarrollo de una conciencia moral adulta, capaz de analizar los valores y antivalores que se entremezclan en la toma de decisiones. Tristemente, los sacerdotes podremos ser causantes de parálisis si favorecemos relaciones de dependencia, si pretendemos decidir por ustedes, si limitamos su participación en la vida de la Iglesia, si no los reconocemos como mayores de edad.

 + 14. A la luz de este inspirador relato de la curación del paralítico, debemos preguntarnos si las relaciones que establecemos estimulan a los otros para que corran por la vida buscando realizarse y sean capaces de volar para alcanzar sus sueños. Reconozcamos honestamente si somos causa de parálisis al impedir el desarrollo autónomo de los que nos rodean. Siguiendo el ejemplo de Jesús, procuremos que nuestra palabra entusiasta sea una invitación y una ayuda eficaz para que se pueden levantar los que están postrados por la pobreza, por la exclusión o cansados por la lucha de la vida.


jpelaez@javerianacali.edu.co


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domingo, 12 de febrero de 2012

Domingo 6 del Tiempo Ordinario Ciclo "B" - 12 de Enero de 2012 -

1ª Lectura (Lev 13, 1-2. 44-46)

Lectura del libro del Levítico
El Señor dijo a Moisés y a Aaron: "Cuando alguno tenga en su carne una o varias manchas escamosas o una mancha blanca y brillante, síntomas de la lepra, será llevado ante el sacerdote Aaron o ante cualquiera de sus hijos sacerdotes. Se trata de un leproso, y el sacerdote lo declarará impuro. El que haya sido declarado enfermo de lepra, traerá la ropa descosida, la cabeza cubierta, se cubrirá la boca e irá gritando: '¡Estoy contaminado! ¡Soy impuro!'. Mientras le dure la lepra seguirá impuro y vivirá solo, fuera del campamento!". Palabra de Dios. A. Te alabamos, Señor.

Salmo responsorial (31)


R. Perdona Señor nuestros pecados.
L. Dichoso aquel que ha sido absuelto de su culpa y su pecado, dichoso aquel en el que Dios no encuentra delito ni engaño. /R.
L. Ante el Señor reconocí mi culpa, no oculté mi pecado. Te confesé, Señor, mi gran delito y Tú me has perdonado. /R.
L. Alégrense con el Señor y regocíjense los justos todos, y todos los hombres de corazón sincero canten de gozo. /R.

2ª Lectura (1Co 10, 31-11,1)

Lectura de la Carta del apóstol San Pablo a los corintios
Hermanos: Todo lo que hagan ustedes, sea comer, o beber, o cualquier otra cosa, háganlo todo para la gloria de Dios. No den motivo de escándalo ni a los judíos, ni a los paganos, ni a la comunidad cristiana. Por mi parte, yo procuro dar gusto a todos en todo, sin buscar mi propio interés, sino el de los demás, para que se salven. Sean pues, imitadores míos, como yo lo soy de Cristo. Palabra de Dios. A. Te alabamos, Señor.

Aclamación antes del Evangelio (Lc 7, 16)

R. Aleluya, aleluya.- Un gran profeta ha surgido entre nosotros. Dios ha visitado a su pueblo. R. Aleluya.

Evangelio (Mc 1, 40-45)

Lectura del santo Evangelio según San Marcos

A. Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, se le acercó a Jesús un leproso para suplicarle de rodillas: "Si tú quieres, puedes curarme". Jesús se compadeció de él, y extendiendo la mano, lo tocó y le dijo: "¡Sí, quiero: Sana!". Inmediatamente se le quitó la lepra y quedó limpio. Al despedirlo, Jesús le mandó con severidad: "No se lo cuentes a nadie; pero para que conste, ve a presentarte al sacerdote y ofrece por tu purificación lo prescrito por Moisés". Pero aquel hombre comenzó a divulgar tanto el hecho, que Jesús no podía ya entrar abiertamente en la ciudad, sino que se quedaba fuera en lugares solitarios, a donde acudían a El de todas partes. Palabra del Señor. A. Gloria a ti Señor Jesús.


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Pistas para la Homilía, por Jorge Humberto Peláez S.J., TIEMPO ORDINARIO – DOMINGO VI B (12-febrero-2012)

 + 1. Lecturas:
  - a. Levítico 13, 1-2. 44-46
  - b. I Carta de san Pablo a los Corintios 10, 31-11, 1
  - c. Marcos 1, 40-45

 + 2. Jesús sorprendía continuamente a sus contemporáneos pues su comportamiento rompía muchos de los prejuicios existentes. En el evangelio de este domingo, Marcos nos presenta la escena en la que Jesús cura a un leproso y, para sorpresa de todos, se atrevió a tocarlo. Como lo escuchamos en la primera lectura, tomada del Antiguo Testamento, los portadores de esta enfermedad eran excluidos de la vida social y la gente los evitaba. La cruel discriminación de la que eran víctimas era producto de una explosiva combinación de factores tales como la ignorancia sobre el origen de las enfermedades y las modalidades de trasmisión, así como una equivocada interpretación de la enfermedad como castigo de Dios.

 + 3. Teniendo como punto de referencia la situación de los leprosos bíblicos, los invito a reflexionar sobre un tema que reviste gran complejidad; exploremos el trasfondo de los diversos tipos de discriminación que tienen un común denominador: la negación de los derechos humanos fundamentales. Estos atropellos se dan en todas las épocas y las motivaciones son múltiples: raciales, religiosas, culturales, de género, de preferencia sexual, por causa de enfermedades, etc.

 + 4. Ciertamente nos aterramos cuando leemos las atrocidades de la Inquisición, de la esclavitud, del apartheid en Suráfrica, o de los campos de exterminio de los nazis. Nos escandalizamos con las violaciones "macro" de los derechos humanos; y no nos damos cuenta de los numerosos atropellos e intolerancias que manifestamos en la vida diaria. Nos proclamamos como seres abiertos, civilizados, plurales, democráticos, pero todo esto desaparece cuando nos sentimos afectados en nuestra intimidad o implica nuestro entorno familiar… Tenemos que reconocer que somos factores de discriminación y que tenemos los prejuicios sociales a flor de piel, los cuales se expresan en la primera oportunidad.

 + 5. Ciertamente, la ignorancia es caldo de cultivo que permite la proliferación de afirmaciones erróneas que pudieron servir de apoyo a crueles discriminaciones; recordemos, por ejemplo, las afirmaciones sobre la superioridad de la raza blanca que se utilizó para someter a millones de seres humanos por parte de las potencias coloniales en América, Asia, África y Oceanía.

 + 6. Es cierto que los medios de comunicación pueden divulgar mensajes que invitan a la tolerancia y a la apertura de mente. Sin embargo, las solas campañas publicitarias no son suficientes; si queremos ir a la raíz de los prejuicios y discriminaciones, debemos trabajar en la formación ética de la sociedad, de manera que la dignidad sagrada del ser humano sea el eje de todas las instituciones para que se respeten los derechos humanos fundamentales.

 + 7. El desafío está en tener una nítida escala de valores. Pierde el rumbo la sociedad que, olvidándose de sus ciudadanos, establece otras prioridades y, en lugar de promover la salud, la educación y el bienestar del pueblo, invierte sus recursos en armas o en proyectos estrafalarios que sólo buscan alimentar el ego de sus dirigentes.

 + 8. Si queremos avanzar en el reconocimiento de los derechos humanos fundamentales y erradicar las discriminaciones, hay que comprometerse con una ética pública que garantice unos espacios para todos, que proteja los derechos, en particular aquellos de los más vulnerables, y que tenga la posibilidad real de castigar a quienes actúen contra la justicia y la equidad, pretendiendo imponer sus intereses particulares sobre el bien común.

 + 9. Una ética pública, comprometida con los derechos humanos, reconoce y valora las diferencias como generadoras de ricas dinámicas sociales. En una sociedad democrática, el debate se alimenta de la diversidad de propuestas para la organización política, económica y social. La diversidad hace posible explorar diversos enfoques y soluciones.

 + 10. La primera lectura, tomada del libro del Levítico, y el texto del evangelista Marcos tienen como protagonistas a los enfermos de lepra, que eran víctimas de la peor discriminación. Sus familiares y amigos los rechazaban. Jesús, superando los prejuicios, no solo conversó con el enfermo sino que se atrevió a tocarlo y así le devolvió la salud.

 + 11. Los prejuicios y las discriminaciones se van transmitiendo de generación en generación. Aunque el avance de la ciencia logra corregir muchas interpretaciones equivocadas sobre, por ejemplo, el origen de las enfermedades, es necesario ir más allá y promover una formación ética que tenga como centro la dignidad humana, la igualdad de todos los seres humanos y el respeto por los derechos humanos. Con su ejemplo, Jesús nos enseñó la inclusión en todas sus dimensiones.


jpelaez@javerianacali.edu.co


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domingo, 5 de febrero de 2012

Encuentros con la Palabra, por Hermann Rodríguez Osorio, S.J., Domingo V del tiempo ordinario – Ciclo B (Marcos 1, 29-39) – 5 de febrero de 2012

“De madrugada, cuando todavía estaba oscuro …”

Cartas del diablo a su sobrino es un libro que escribió el irlandés C. S. Lewis en 1941. Recoge la correspondencia entre el diablo, anciano y retirado, y su sobrino, que está cumpliendo su primera misión con un ‘paciente’. En uno de sus capítulos, el sobrino le ha contado a su tío que ha logrado que su víctima, que es un inglés, sienta un gran odio hacia los alemanes, con quienes están en plena Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, el tío, experimentado y sabio, le dice a su inexperto sobrino: “... eso es bueno hasta cierto punto. Pero suele ser una especie de odio melodramático o mítico, dirigido hacia cabezas de turco imaginarias. Nunca ha conocido a estas personas en la vida real”. Un poco más adelante, el diablo aclara a su sobrino cuál es el principio que debe seguir a la hora de suscitar un odio verdaderamente eficaz:

“Hagas lo que hagas, habrá cierta benevolencia, al igual que cierta malicia, en el alma de tu paciente. Lo bueno es dirigir la malicia a sus vecinos inmediatos, a los que ve todos los días, y proyectar su benevolencia a la circunferencia remota, a gente que no conoce. Así, la malicia se hace totalmente real y la benevolencia en gran parte imaginaria. No sirve de nada inflamar su odio hacia los alemanes si, al mismo tiempo, un pernicioso hábito de caridad está desarrollándose entre él y su madre, su patrón y el hombre que conoce en el tren. Piensa en tu hombre como una serie de círculos concéntricos, de los que el más interior es su voluntad, después su intelecto, y finalmente su imaginación. Difícilmente puedes esperar, al instante, excluir de todos los círculos todo lo que huele al Enemigo [en este caso está hablando de Dios]; pero debes estar empujando constantemente todas las virtudes hacia fuera, hasta que estén finalmente situadas en el círculo de la imaginación, y todas las cualidades deseables [es decir los defectos] hacia dentro, hacia el círculo de la voluntad. Sólo en la medida en que alcancen la voluntad y se conviertan en costumbres no son fatales las virtudes (...)”.

El evangelio de san Marcos nos presenta hoy a Jesús comenzando su actividad apostólica por la casa de sus amigos: “Cuando salieron de la sinagoga, Jesús fue con Santiago y Juan a casa de Simón y Andrés. La suegra de Simón estaba en cama, con fiebre. Se lo dijeron a Jesús, y él se acercó, y tomándola de la mano la levantó; al momento, se le quitó la fiebre y comenzó a atenderlos”. No podemos desconocer, sin embargo, que también recorría otras poblaciones: “Así que Jesús andaba por toda Galilea, anunciando el mensaje en las sinagogas de cada lugar y expulsando a los demonios”.

“La buena caridad empieza por casa” dice el adagio popular. No significa esto que también acabe allí, pero sí es importante saber dónde comienza. La estrategia del mal, como nos recuerda Lewis en su libro, es que vayamos viviendo las virtudes en los círculos más alejados de nuestra voluntad, es decir en la imaginación; y, por el contrario, que vivamos los defectos en los círculos más cercanos a nuestra voluntad y en nuestras relaciones cotidianas. Cuando amemos mucho a los que viven lejos y, por el contrario, vivamos unas relaciones conflictivas y problemáticas con las personas que tenemos más cerca, tenemos que preguntarnos si el ‘sobrino’ del diablo no nos está ganando la pelea.


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Domingo 5 del Tiempo Ordinario Ciclo "B" - 5 de Febrero de 2012 -

1ª Lectura (Job 7, 1-4,6-7)

Lectura del libro del profeta Job
En aquel día, Job tomó la palabra y dijo: "La vida del hombre en la tierra es vida de soldado y sus días, como día de un jornalero. Como el esclavo suspira en vano por la sombra y el jornalero se queda aguardando su salario, así me han tocado en suerte meses de infortunio y se me han asignado noches de dolor. Al acostarme, pienso: `Cuándo será de día?´ La noche se alarga y me canso de dar vueltas hasta que amanece. Mis días corren más aprisa que una lanzadera y se consumen sin esperanza. Recuerda, Señor, que mi vida es un soplo. Mis ojos no volverán a ver la dicha." Palabra de Dios. A. Te alabamos, Señor.

Salmo responsorial (146)

R. Alabemos al Señor, nuestro Dios. Aleluya.
L. Alabemos al Señor nuestro Dios, porque es hermoso y justo el alabarlo. El Señor ha reconstruido a Jerusalén y a los dispersos de Israel los ha reunido. /R.
L. El Señor sana los corazones quebrantados y venda las heridas, tiende su mano a los humildes y humilla hasta el polvo a los malvados. /R.
L. El puede contar el número de estrellas y llama a cada uno por su nombre. Grande es nuestro Dios, todo lo puede; su sabiduría no tiene límites. /R.

2ª Lectura (1Co 9, 16-19,22-23)

Lectura de la Primera Carta del apóstol San Pablo a los Corintios
Hermanos: No tengo porque presumir de predicar el Evangelio, puesto que ésa es mi obligación. ¡Ay de mí, si no anuncio el Evangelio! Si yo lo hiciera por propia iniciativa, merecería recompensa; pero si no, es que se me ha confiado una misión. Entonces, ¿en  que consiste mi recompensa?  Consiste en predicar el Evangelio gratis, renunciando al derecho que tengo a vivir de la predicación. Aunque no estoy sujeto a nadie me he convertido en esclavo de todos, para ganarlos a todos. Con los débiles me hice débil, para ganar a los débiles. Me hecho todo a todos, a fin de ganarlos a todos. Todo lo hago por el Evangelio, para participar yo también de sus bienes. Palabra de Dios. A. Te alabamos, Señor.

Aclamación antes del Evangelio (Mt 8, 17)

R. Aleluya, aleluya.- Cristo hizo suyas nuestras debilidades y cargó con nuestros dolores. R. Aleluya.

Evangelio (Mc 1, 29-39)

Lectura del santo Evangelio según san Marcos
A. Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, al salir Jesús de la sinagoga fue con Santiago y Juan a casa de Simón y Andrés. La suegra de Simón estaba en cama, con fiebre, y en seguida le avisaron a Jesús. Él se le acercó y tomándola de la mano, la levantó. En ese momento se le quitó la fiebre y se puso a servirles. Al atardecer, cuando el sol se ponía, le llevaron a todos los enfermos y poseídos del demonio, y todo el pueblo se apiñó junto a la puerta. Curó a muchos enfermos de diversos males y expulsó muchos demonios, pero no dejó que los demonios hablaran, porque sabían quien era El. De madrugada, cuando todavía estaba muy oscuro, Jesús se levantó, salió y se fue a un lugar solitario, donde se puso a orar. Simón y sus compañeros lo fueron a buscar, y al encontrarlo, le dijeron: "Todos te andan buscando". El les dijo: "Vamos a los pueblos cercanos a predicar el Evangelio, pues para eso he venido". Y recorrió toda Galilea, predicando en las sinagogas y expulsando a los demonios. Palabra del Señor. A. Gloria a ti Señor Jesús.


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